Ya parece una obviedad decir que esta semana no sesionò el concejo local.
El intendente y parte de su gabinete manifestaron su tristeza, indignación y se mostraron desorientados ante la quema de una palmera en la zona de la costanera. Sostuvieron que están investigando y harán todo lo que sea necesario para que el responsable pague por el daño que ocasionó a la ciudad y al medio ambiente. Ojalá que tenga más éxito que con la denuncia que realizó por el ecocidio en las islas.
La nuestra parece ser una ciudad sin rumbo en donde los concejales gastan más energìa en recordar efemérides que en legislar, en donde el intendente habla de un progreso que sólo èl ve y le da trascendencia a temas de los que deberían ocuparse vecinos comunes u organizaciones no gubernamentales.
Es cierto que una palmera es importante. Pero en la ciudad se escuchan tiros todas las noches. Necesitamos que se preocupen y también hablen de ello.
Muchos sentimos que Baigorria ya no es la ciudad de unos años atrás. Y no es consecuencia del desarrollo de la ciudad sino más bien todo lo contrario. La degradación de la tranquilidad de nuestra ciudad vuelve imposible que se haga realidad el mantra que repiten los funcionarios: que el vecino viva mejor.
En la semana que comienza llegará a Rosario el ministro de Desarrollo Social de la Nación Daniel Arroyo para aportar en planes de urbanización. Nuestro intendente ¿ figurarà en la agenda del ministro o será ignorado?
En el convenio que firmará la Nación y nuestra provincia para dotar de 3 mil millones de pesos a Santa Fe para aplicar al combate de la inseguridad, la instalación permanente de una oficina del Ministerio de Seguridad de la Nación,¿estarà incluida nuestra ciudad?
El ministro de Seguridad provincial, tendrá los fondos requeridos para implementar el programa que él diseñó para combatir la delincuencia. ¿Con qué nuevas fuerzas, equipo tecnológico y logística contaremos los baigorrienses?
Sino estamos en la agenda podremos entender la preocupación del intendente y a sus funcionarios por la quema de una palmera.
Nuestro paìs tiene casi la mitad de su población en la pobreza, el salario real se ubica en niveles de los países más pobres del mundo, la inflación no se detiene. Nuestra ciudad no es ajena a esa realidad y encima una ola de delitos forma parte del paisaje.
Nuestros funcionarios locales siguen en su mundo, lejos de todo. Algunos ya comenzaron la campaña electoral y todo lo que dicen queda reducido a palabras de ocasión. Siguen repitiendo lo que hacen siempre. Todos juegan el mismo juego. Los oficialistas y los opositores quieren que no se discuta ni se busquen opciones por fuera de la rosca. En el cuarto oscuro el Gobierno local deberá ser juzgado por lo que hizo, al igual que los concejales que buscan la reelección.
