Emulando a JOSÉ INGENIEROS -
"El accionar de determinados sectores partidarios, evidencian, una clara intención de estar - no de pertenecer - tanto como dirigentes, como así también, en la función pública. Así, los bipolares, transitan sin escrúpulo alguno, para hacerse de un cargo (objetivo sujeto a conveniencias personales) y no, para trascender desde esos lugares como cultores emblemáticos de una vocación de servicio" (objetivo mayor que sustenta el accionar democrático)"Estar para pertenecer a un proyecto de vida común y no, para sustentar egoístas ambiciones, demagógicas y antidemocráticas". "Opositores camuflados de seudos oficialistas. Lobos con piel de cordero que pretenden convencer desde lo discursivo, lo que en esencia son: hombres en busca de un lugar de poder, y no hombres representativos de un ideal, de una pertinencia para tal función, de una agenda que tienda a mejorar la vida de las personas".
"Cuando aparecen estos fenómenos en la arena política, un camino de degradación institucional se asoma. Sobre su superficie, se observan actitudes que solo cumplen con las formas, es decir, hacen lo que hacen, tan solo para figurar". Los bipolares políticos, usufructúan espacios, se desempeñan en lo que en esencia no son, hombres genuinos y representativos. Tan solo están, porque para algunos, son funcionales. Vasta tan solo de otros pares que los acompañen, para así, cerrar el círculo negro de la ilegitimidad.
Parados en esta triste realidad, no podemos animarnos a afirmar que quienes hoy ostentan un lugar en la función pública sean fieles representantes de las necesidades mayores de gran parte de la población. Población que subsumida en un mar de necesidades, vicios y malas costumbres, no encuentran otra alternativa que no sea negociar y ser parte de un clientelismo político que los usa, los degrada y no los considera como tal.
Población que se presta, sin opción alguna, a un juego que los posterga y degrada - sin tiempo de retorno; juego que los limita como individuos; juego que los envuelve y los distancia de sus verdaderas capacidades y juego, que no les permite ser personas reales e independientes tan solo, porque de lograrlo, dejarían de engrosar las turbias conveniencias de estos. Juego que los depositan en un contexto cada vez más adverso a sus verdaderas posibilidades.
En un mundo que transita los tiempos de la COMUNICACIÓN 2.0, la referida población padece la incapacidad de estos contenidos, dejándolos a un costado de sustantivas decisiones. Decisiones que los consideran en los presupuestos, pero no, en la agenda de políticas públicas. Así, con el despojo de los indiferentes, sufren las promesas incumplidas de quienes se erigen como sus representantes. Así, se carga la realidad de contenidos vacíos. Así, el accionar de la vida política, deja de ser ese relevante espacio de poder desde el cual resolver los problemas que acucian a la población, transformándose en una reductible caterva de especialistas que usufructúan de la voluntad de los demás; caterva que solo ve su propio ombligo; caterva que se sustenta con adherentes afines que posibilitan su presencia y accionar; caterva devenida en franquicia que comercialmente ofrecen su estructura, su potencial ideológico y recursos humanos para demandar desde aquí, una segura participación en listas electorales y posteriormente, ser parte de uno que otro cargo.
La política cada vez menos es el artífice para mejorar la vida de las personas. La política cada vez más, es un espacio de poder que se ostenta al que muy pocos acceden con la anuencia de muchos que creen en ellos y que inferimos, después se arrepienten de haberlo hecho. Entendemos pues, que con semejante estado de la cuestión, la vida no goza de buena salud. Observamos además, que no existen reales garantías que permiten vivir en libertad. No es necesario estar detrás de una reja para no sentirse libre, sería impropio y perverso verlo de este modo.
