domingo, 24 de mayo de 2020

PAUTAS CLARAS Y TRANSPARENTES


Las noticias deberían importarnos, pero a veces eso no sucede. A veces, algunos medios, lejos de informarnos tratan de convencernos de que la realidad es distinta a la que vemos y percibimos. Esos medios intentan crearnos una realidad ficticia y convencen a otros de que nosotros creemos en lo que ellos dicen. Algunos mitómanos incluso, piensan y dicen que marcan la agenda pública. Nadie les debe tanto a estos mitómanos como algunos políticos que hacen cosas para salir en los medios. O dicen que hacen cosas para salir en esos medios.              
Lo bueno que tienen estas modernas fábricas de ilusiones es que, curiosamente, gracias a sus propias herramientas ilusorias, todo el tiempo tenemos acceso a su producción, a esa realidad paralela que nos quieren vender. No podemos poner a todos en la misma bolsa. Y de hecho no lo hacemos. Algunos nos divierten, nos enojan, a veces nos informan, muchas veces nos resultan patéticos, grotescos y nos dan lástima cuando los humillan comentarios denigrantes. También están los medios que con sus pros y sus contras sólo cumplen con su objetivo: contar lo que pasa.
Nuestra ciudad no escapa de ese escenario y el rechazo a la información sospechosa hace que cada vez más vecinos se rebelen contra ese modo de (des) informar. La ciudadanía cada vez ejerce más su derecho a veto y contribuye a dejar expuestos a quienes intentan engañarla. Esta rebelión avanza cada vez con más ímpetu pero, la discusión no sólo se debe centrar en ser crítico de esos medios sino también en no consolidar un sistema injusto sostenido con el pago de las tasas municipales por parte de los vecinos.
Cada medio puede tomar una postura política definida y eso no es cuestionable.
El presupuesto aprobado por el concejo en enero de este año es de $1.603.006.500 (pesos mil seiscientros tres millones seis mil quinientos). Dentro de las erogaciones se destinan $5.800.000 (pesos cinco millones ochoscientos mil) para prensa y difusión. En ningún lado aparece como se distribuirá ese monto entre los medios locales y regionales. Son muchos los municipios que dan a conocer como distribuyen la pauta publicitaria oficial. Algunos de ellos son Bahía Blanca, Olavarria, Córdoba, La Plata. Algunas en sus páginas webs, otras difundiendo a través de los propios medios.
Nuestra ciudad no cuenta con un Boletín Oficial Digital, por lo tanto, los vecinos nos vemos impedidos de acceder a información pública. En defensa de la transparencia del propio gobierno y los medios de nuestra ciudad, se vuelve imprescindible que el Concejo trabaje en una ordenanza para reglamentar y transparentar los mecanismos de distribución de la publicidad oficial, garantizando a los vecinos el acceso a esa información pública.
No creo que sea necesario discutir que el municipio no debería otorgar publicidad a programas o medios que atenten contra los valores de la democracia, el buen nombre y honor de las personas; o que contengan mensajes discriminatorios por motivos sexistas, racistas, de religión, nacionalidad o nivel educativo. Considero publicidad oficial a la publicación en medios de difusión radial, gráficos, televisivos y páginas webs de propagandas correspondientes a la publicidad de actos de gobierno, publicidad institucional, publicidad de bienes y servicios originados por el estado municipal.
¿Se animarán?



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