Durante estos largos días de aislamiento, cuarentena o llamémosle como más nos guste, hemos tenido la oportunidad de mirar todo de manera más detenida, de poder analizar muchas cosas que, la vorágine de lo cotidiano no nos lo permite. Y hemos notado algunos cambios en las condiciones ambientales, cambios que nos parecían hasta utópicos. Así, por ejemplo, vimos como los índices de contaminación disminuyeron notablemente. ¿Las causas? Entre ellas nuestra falta de movilidad. Movilidad que, en gran medida se da en automóviles y colectivos.
Pero la pandemia también trae oportunidades y es aquí donde quiero hacer eje. Los seres humanos tenemos la enorme capacidad de salir de las crisis casi siempre de la mejor manera. Ya lo hicieron más de una vez nuestros abuelos que luego de cada guerra o catástrofe consiguieron reponerse y generar mejores situaciones, que les permitieron liderar progresos familiares o de otra índole.
Con respecto a la movilidad, nuestra ciudad tiene una deuda pendiente. Geográficamente Granadero Baigorria no tiene las mejores condiciones para contar con medios de transporte público propios que nos permitan movilizarnos de manera ágil. La experiencia del colectivo urbano en anteriores gestiones, se sostenía casi íntegramente con aportes del Estado. A todas luces el tema en nuestra ciudad, si no lo pensamos en el marco de la gran metrópoli, es de muy difícil solución, sobre todo en el contexto económico en el que nos encontramos.
Por eso es indispensable apelar a nuestros usos y costumbres a la hora de poder configurar cualquier política pública. Y cuando de movilidad se trata, Granadero Baigorria no pierde aquella saludable costumbre de hacerlo en bicicleta. Utilizamos la bici como medio de transporte, ya sea para trasladarnos a nuestros trabajos, llevar a nuestros hijos a las escuelas o simplemente para realizar las compras diarias. Pero no contamos con ciclovias o bicisendas por donde poder hacerlo de manera más segura y ordenada.
En los últimos días he tenido la posibilidad de ver a diferentes organizaciones de ciclistas urbanos, realizar campañas a nivel nacional solicitando a las autoridades municipales que, a la salida de la cuarentena, el medio de transporte que se fomente sea la bicicleta.
A su vez, diferentes autoridades comunales ya tomaron el reclamo y han comenzado a diagramar ciclovias para que los vecinos puedan movilizarse de manera más ágil, más segura, más saludable. Ejemplos de esto son Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Rosario. Acá nomas, cerquita nuestro, la ciudad de Rosario ya comenzó a demarcar el centro de Boulevard Rondeau para que se convierta en una gran ciclovía.
Granadero Baigorria tiene una enorme deuda en esta materia.Por tal motivo, les envié una nota a las autoridades municipales para plantearles la oportunidad del tema. Creo que es el momento indicado para comenzar a fomentar medios de movilidad sustentables, saludables, agiles y económicos. Hay que hacerlo desde el Estado.
La crisis económica actual, sumado a la enorme necesidad de poder movilizarnos por la ciudad (y afuera de ella también) de manera ágil, económica y segura, nos brinda la enorme oportunidad de poder avanzar en esquemas de movilidad interna (al menos) más amigables con el ambiente y el cuidado de la salud.
El momento es ahora, por la urgencia y porque esto ya constituye un reclamo de larga data. Sería un error no aprovechar estas condiciones y no salir de esta pandemia con otra conciencia más arraigada en el cuidado del ambiente y en el fomento de la movilidad sustentable.
