Diez Mandamientos de la Escuela del Estilo
Friedrich Nietzsche
II. El estilo debe ser apropiado a tu persona, en función de una persona
determinada a la que quieres comunicar tu pensamiento (ley de la doble
relación).
III. Antes de tomar la pluma, hay que saber
exactamente cómo se expresaría de viva
voz lo que se tiene que decir. Escribir debe ser sólo una imitación.
IV. El escritor está lejos de poseer todos
los medios del orador. Debe, pues, inspirarse en una forma de discurso muy expresiva. Su reflejo escrito
parecerá de todos modos mucho más apagado que su modelo.
V. La riqueza de la vida se traduce por la
riqueza de los gestos. Hay que
aprender a considerar todo como un gesto:
la longitud y la cesura de las frases, la puntualidad, las respiraciones;
también la elección de las palabras, y la sucesión de los argumentos.
VI. ¡Cuidado con el período! Sólo tienen
derecho a él aquellos que tienen la respiración muy larga hablando. Para la mayor parte, el período es tan sólo una
afectación.
VII. El estilo debe mostrar que uno cree en sus pensamientos, no sólo que
los piensa, sino que los siente.
VIII. Cuanto más abstracta es la verdad que
se quiere enseñar, más importante es hacer converger hacia ella todos los
sentidos del lector.
IX. El tacto del buen prosista en la elección
de sus medios consiste en aproximarse a la poesía hasta rozarla, pero sin
franquear jamás el límite que las separa.
X. No es ni
sensato ni hábil privar el lector de sus refutaciones más fáciles; es muy
sensato y muy hábil, por el
contrario, dejarle el cuidado de formular él
mismo la última palabra de nuestra
sabiduría.